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María Jesús Suárez Duque – Doctoralia.es
Cómo gestionar emociones difíciles sin reprimirlas
Cuando aguantar ya no es suficiente
Gestionar emociones difíciles como la tristeza, la rabia, el miedo o la culpa es algo que muchas personas intentan hacer solas durante años. Aguantan, racionalizan, se dicen que “no es para tanto”… y siguen adelante.
Pero llega un momento en el que aguantar cansa. Las emociones no desaparecen por ignorarlas: se acumulan y acaban apareciendo en forma de ansiedad, bloqueo emocional, cansancio constante o una sensación difusa de no estar bien.
Si te ocurre algo parecido, no es que estés fallando: es que reprimir emociones tiene un límite.
¿Qué pasa cuando reprimes emociones durante mucho tiempo?
Reprimir emociones no es una elección consciente la mayoría de las veces. Es una estrategia aprendida para sobrevivir, adaptarse o no desbordarse.
Con el tiempo, puede manifestarse como:
- Dificultad para identificar lo que sientes
- Sensación de desconexión emocional
- Reacciones emocionales intensas sin entender por qué
- Ansiedad, irritabilidad o tristeza persistente
- Sensación de estar funcionando “en automático”
Muchas personas llegan a consulta diciendo:
“No estoy mal del todo, pero tampoco estoy bien.”
El problema no son las emociones, sino cómo estás teniendo que gestionarlas
Desde la psicología, sabemos que las emociones difíciles no son patológicas. El malestar aparece cuando:
- Se sostienen en soledad durante demasiado tiempo
- Están ligadas a experiencias pasadas no resueltas
- Se viven con culpa, miedo o autoexigencia
- No hay un espacio seguro donde expresarlas
Por eso, entender lo que te pasa no siempre es suficiente. Hay emociones que no se resuelven pensando más, sino trabajándolas de forma profunda y acompañada.
“Sé lo que me pasa, pero no consigo cambiarlo”
Esta es una de las frases más habituales en terapia.
Personas que:
- Han leído sobre gestión emocional
- Se esfuerzan por estar bien
- Intentan controlarse o racionalizar
- Sienten que algo dentro sigue igual
Esto ocurre porque la gestión emocional no es solo cognitiva. También intervienen el cuerpo, el sistema nervioso y la historia emocional de cada persona. Cuando esto no se tiene en cuenta, el cambio no termina de llegar.
Psicóloga online y presencial – Cuando la terapia se convierte en un espacio necesario
La terapia psicológica no es para personas débiles ni para “cuando todo va mal”. Es para quienes:
- Se sienten emocionalmente saturadas
- Notan que algo se repite en su vida emocional
- Viven con ansiedad, bloqueo o desconexión
- Han aprendido a aguantar demasiado
En terapia no se fuerza, no se juzga y no se invalida lo que sientes. Se trabaja para que puedas relacionarte con tus emociones de una forma más segura y menos dolorosa.
¿Cuándo plantearte pedir ayuda profesional?
Puede ser buen momento para acudir a una psicóloga si:
- Sientes que llevas tiempo sosteniéndolo todo sola
- Te cuesta expresar lo que sientes
- Las emociones te desbordan o te apagan
- El malestar empieza a afectar a tu día a día
No hace falta tocar fondo para pedir ayuda. A veces, basta con reconocer que así como estás, ya no quieres seguir.
Para terminar
Aprender a gestionar emociones difíciles no va de controlarlas ni de reprimirlas, sino de entender qué necesitan y por qué están ahí. Y muchas veces, ese proceso no se puede ni se debe hacer en soledad.
Si te has sentido reflejada en este texto, la terapia psicológica online o presencial puede ayudarte a trabajar lo que te ocurre desde un enfoque respetuoso, adaptado a ti y a tu historia personal.

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